Los roedores son una de las mascotas favoritas para muchos amantes de los animales que no pueden tener perros o gatos ya sea por falta de espacio o de tiempo. Sin embargo, aunque no requieren de tanta atención como los anteriores, sus cuidados son más complejos de lo que parecen ya que variarán según la raza que escojamos.
En esta ocasión os explicamos cómo dar una vida plena y feliz a los jerbos, unos roedores similares al hámster de tamaño medio, caracterizados por una cola larga y peluda terminada en forma de pincel. Según un artículo elaborado por Tiendanimal, estos animales pesan entre 50 y 100 gramos y pueden ser de diferentes colores como marrón, dorado, negro o anaranajados.
“Se le considera un animal muy resistente en la naturaleza y es capaz de vivir en climas extremos como por ejemplo, el desierto. Sin embargo, el jerbo lamentablemente no es un animal muy longevo, ya que su esperanza de vida ronda los tres o cuatro años, llegando a cinco en algunos casos específicos”, añaden.
Muy juguetones y sociales
Como ocurre con la mayoría de los roedores, los jerbos son animales sociales, por lo que vivirán más felices si lo hacen acompañados de otros de su misma especie. “Es importante que pongas en la jaula a jerbos del mismo sexo o, de lo contrario, en poco tiempo empezarían a reproducirse”, advierten en el artículo. “Además, los primeros días es importante vigilar su comportamiento, ya que en parejas del mismo género podrían surgir rencillas por el territorio. Esto sería sencillo de evitar, adoptando a jerbos de la misma camada”.
Otro motivo por el cual es bueno tener más de un jerbo en casa es porque “son muy limpios y, no sólo se acicalan ellos mismos, sino que se lo hacen también a otros individuos de su clan”. “No suelen tener un olor muy fuerte, por lo que no es necesario limpiar sus habitáculos muy a menudo. Pueden aguantar perfectamente tres semanas o más sin que su jaula o pecera esté muy sucia”, explican desde la Asociación Protectora de Pequeños Animales (APPA) La Madriguera, experta en roedores y otros animales pequeños.
Antes de optar por adoptar a un jerbo hay que saber que son animales que “están activos tanto de día como de noche, alternando periodos de sueño y de actividad”. “Construyen nidos para dormir y suelen hacerlo todos juntos, sobre todo si hace frío. No conviene despertarlos cuando duermen para no irritarlos. Además de comer y dormir, pasan mucho tiempo jugando con cualquier objeto que les ofrezcas, aunque en ocasiones se cansan una vez satisfecha su curiosidad”, añaden.
“Pueden acabar con la mayoría de complementos de las jaulas, sobre todo si son de plástico”
En cuanto a las actividades con las que entretenerse, roer es una de las principales formas que tienen para ocupar su tiempo, como buenos roedores que son, sus dientes crecen toda la vida por lo que deben desgastarlos para que no les creen serios problemas al comer. “Una de sus maneras de explorar o jugar con algo es destruirlo con sus poderosos incisivos que pueden acabar con la mayoría de complementos de las jaulas para roedores que venden habitualmente, sobre todo si son de plástico”, detallan desde la protectora.
“También dedican mucho tiempo a excavar, o al menos a intentarlo, pues en la naturaleza construyen túneles como madrigueras, así que se pueden pasar mucho tiempo arañando, lo que les ayuda también a desgastar las uñas”, cuentan los expertos de La Madriguera en su web. “Si se les da la oportunidad de hacerlo, es muy curioso ver cómo usan sus patas traseras para propulsar hacia atrás el material excavado y cómo su cabeza hace las veces de ariete para apartar todo lo que les molesta”.
Alimentación
“Una buena alimentación ayudará a tu mejor amigo a crecer sano y fuerte, además de ayudarle a prevenir problemas de salud”, explican los expertos de Tiendanimal. “Por ello, se comercializan dietas completas específicamente formuladas para jerbos que le proporcionarán todos los nutrientes necesarios aunque también disfrutarán comiendo frutas y verduras”.
Entre los alimentos frescos que se les puede ofrecer se encuentran la acelga, la espinaca, la escarola, el brócoli, la lechuga, la zanahoria, el calabacín, manzanas, peras, uvas, y fresas, entre muchos otros. “Si el jerbo no está acostumbrado a comer verdura y fruta fresca, ésta deberá introducirse siguiendo la Regla de los tres días: es fundamental que tomen este tipo de alimentación y se suele recomendar administrársela día sí, día no como complemento a la comida seca”, añaden los expertos de La Madriguera.
Además, a diferencia de otro roedores, los jerbos pueden comer de vez en cuando algunos insectos y pequeños invertebrados. “Se les puede dar grillos o tenebrios”, comentan desde la protectora. “También se les puede dar de forma ocasional otros alimentos como galleta, pan o queso”.
En cuanto al agua, aunque toman poca porque son animales desérticos, es necesario que tengan agua disponible en todo momento y que esta se cambia cada pocos días. “Hay quien cree que esto hace que no necesiten beber agua, pero es un grave error”, aseguran en el texto.
Cómo debe ser la jaula
El lugar que escojamos para colocar la jaula de nuestros jerbos debe estar entre los 18 y los 28 grados y nunca habría que dejarlos expuestos al aire libre ni a corrientes. “El que les dé un poco de sol todos los días les viene bien para que absorban vitaminas y que el calcio se les fije bien en los dientes, pero las altas temperaturas son peligrosas, por lo que no debería hacerse en verano”, detallan los especialistas de La Madriguera.
“Podemos alojarlos en jaulas, peceras, terrarios, etc. y en cuanto al espacio que necesitan un mínimo de 0.25 m² de superficie por jerbo, pero sinceramente, mejor cuanto más espacio les demos. Por ello, si se dispone de espacio, en sus habitáculos, se puede aprovechar la altura para construirles más pisos o estructuras por las que puedan trepar”, añaden.
Lo más importante en cuanto a la jaula y a los elementos que incluyamos en ella es que no debe ser de plástico, ya que los jerbos lo muerden hasta destruirlo. “También hay que vigilar que las rejas de las paredes de la jaula no estén muy separadas como para que puedan meter la cabeza ni que sean demasiado estrechas y se les pueda quedar alguna extremidad enganchada”, explican.
“Para el suelo de la jaula no se deben usar ni papel de periódico, ni algodón, ni telas, lo mejor es el papel higiénico”
A diferencia de otros roedores, los jerbos no necesitan un suelo de sustrato, lo más económico y saludable para ellos es ponerles papel higiénico, ya que se entretendrá destruyéndolo y creando sus nidos. “No se deben usar papel de periódico, ya que la tinta es tóxica para ellos; ni algodón ni telas, ya que se pueden cortar”, advierten desde la asociación.
En cuanto a los elementos que podemos introducir en la jaula, además de los diferentes pisos, es importante que tengan una rueda de ejercicio (siempre del tamaño adecuado y con el suelo liso) y cartones y piedras de minerales y calcio para el desgaste de los dientes.
“Para poder sacar a los jerbos a jugar, deberá ser siempre bajo supervisión nuestra y en lugares a prueba de jerbos, es decir, sin cables que roer, donde no puedan destrozar nada importante con sus dientes y por supuesto con muchísimo cuidado de no pisarlos o de que puedan escapar”, explican en la web. “Si los sacamos a jugar, ellos disfrutarán mucho curioseándolo todo y es fácil de limpiar lo que puedan ensuciar”.
Artículo de 20minutos.es